Ayer era un día en el que había que hacer muchas cosas. Y se hicieron.
A las 9 de la mañana quedé con Shota en la estación de Hiyoshi. Un chico de mi laboratorio a quien le habían asignado la tarea de ayudarme en la oficina de la policía, para hacer el registro de extranjero. Y a abrirme una cuenta bancaria. Nos dieron casi las 11 al terminar y le pedí pedí si me podía acompañar a comprar un teléfono móvil japonés. Sin el registro de extranjero no podía comprarlo... Ahora están de vacaciones, pero igualmente s pasan el día en el laboratorio. No salen de ahí. Así que llamo a un compañero para preguntarle si había algún problema si se ausentaba un poco más. Un poco más fue más de una hora.
Como la tienda no abría hasta las 11 fuimos al McDonald's de al lado. La primera vez que voy a un McDonald's en Japón. 100 yenes una McPork. Me extrañó bastante que las hamburguesas fueran diferentes aquí. Más buena. La carne sobresalía del pan. Una salsa dulzona que no estaba nada mal... Me sorprendió para bien. Pero de todas formas, prefiero comer en casa.
Al poco abrió la tienda. Ya tengo móvil nuevo! Como me quedo solo para 4 meses tuve que comprarlo. Sumando las cuotas de apertura de servicio, la tarjeta de memoria y el adaptador de corriente: un pastón. Pero bueno, ya me habían avisado... Los móviles son algo más grandes aquí. También se entiende, porque si puedes ver la televisión, conectarte a Internet y usar el GPS, necesitas una buena pantalla...
Después de todo lo gastado, Shota me dijo que por la noche había una fiesta de bienvenida a los nuevos estudiantes del laboratorio. Me extrañó un poco enterarme esa misma mañana, pero bueno. No le entendí muy bien, porque pensaba que la fiesta costaría unos 3300 yenes y sería en el laboratorio. Mis espectativas de fiesta eran muy, pero que muy pesimistas. ¿Una fiesta en la universidad? ¿Y que empieza a las 7? ¿Qué se puede esperar? Y claro, con el profesor que dirige el laboratorio. Aunque Shota me dijera que al profesor le encantaba beber y que la "fiesta" era barra libre, mis espectativas no mejoraban.
En fin... a las 2 de la tarde tenía la orientación en la universidad. 2 chicos, un francés y yo. Me esperaba un aula llena de nuevos estudiantes, con ese ambiente de tú de donde eres, qué estudias y esas cosas. Pues no, sólo dos y en una sala diminuta con 3 sillones. Acabamos pronto. Solo nos recordaron todo lo que no debíamos hacer. Y que para cobrar la beca, debemos firmar mensualmente. Es decir, que me van a pagar por lo menos un mes menos de lo que pensaba... A no ser que me quede otro mes en Japón. Porque el primero que estuve, no cuenta.
Primer asalto
A las 18:45 llegué a la estación. Unos 20 japoneses, entre ellos el profesor, un par de alemanes de mi residencia y un coreano. Tardé pronto en descubrir que la idea que me había hecho en la mente era completamente errónea. Ya que a las 18:50 comenzamos a andar en dirección opuesta a la universidad. Fuimos a un restaurante japonés. Una sala toda para nosotros. Fue curioso observar como tenían todo más que preparado y organizado.
Para empezar, a todos los extranjeros nos sentaron los primeros (o casi). Pero a una distancia mínima entre nosotros de unos 3 metros. Los huecos se llenaron de japoneses. Nos obligaron a integrarnos! jejeje. Fue bastante divertido. No todos hablan inglés. Y los que lo hacen, con dificultades. Pero muestran bastante interés en comunicarse contigo. Quizás era la misión que tenían anoche... El chico que tenía al lado (no recuerdo su nombre. Demasiados en una noche) me dijo que a las 19:15 debían empezar las presentaciones. Y así fue. Uno a uno, cada uno de los nuevos estudiantes japoneses se ponían de pie, se presentaban, mostraban gratitud por estar con el grupo y decían alguna de sus aficiones o mostraban alguna habilidad. Fue gracioso ver como uno contorsionaba los brazos, para meter la cabeza entre un nudo que había hecho y la volvía a sacar... Luego fue el turno de los extranjeros. No me puse muy nervioso, pero la chica indonesia me dijo que me puse rojo. No sé. Hice mi introducción en japonés. Un mes de clase da para eso. Y la verdad es que lo agradecieron mucho. Como eramos unos 1o nuevos estudiantes, o más. Pasó más de media hora. y como estaba previsto, a las 20:00 empezaba la barra libre. 1 hora. Luego a pagar cada uno 2500 yenes. Por lo que bebimos y comimos no esta nada mal.
De este restaurante no tengo ninguna foto, había bastante gente haciendo y todos de mi laboratorio. Así, que ya las conseguiré.
Segundo asalto
Tras la cena, algunos se fueron para casa. Como la secretaria del profesor, un par de personar mayores de 30 años y alguno más. No fue el caso del profesor.
Fuimos a otro restaurante, donde Steven( uno de los chicos alemanes) y yo, acabamos sentados delante del profesor. Un poco cortados al principio, pero cuando empieza a llenarte el plato de comida y la copa de sake, la vergüenza empieza a disiparse.
La mesa llena de comida y bebida otra vez. De nuevo barra libre. Y al rato algunos empezaron a irse. Un hombre que trabaja para Hitachi y que estaba sentado al lado del profesor pidió a un chico que estaba a mi lado que le cambiara el sitio, para hablar conmigo. No sé si porque no me daba demasiada conversación, o porque de verdad le interesaba la comida típica española. De cualquier modo, muy simpático. En la foto estamos este señor, yo, Shota y Steven.
Poco a poco fue yéndose la gente y Benjamin, el otro alemán, acabó sentado a mi lado. El no es de nuestro laboratorio, pero al final, el profesor le decía que tenía que cambiarse y venir con nosotros. Seguimos con la fiesta con el profe y éste nos invitó a cada uno a una botella de sake. Pero del mejor del restaurante. Este sake no entraba en la barra libre...
Hay que ver lo fácil que entraba el sake... Y hay que ver a tu profesor metiéndose vasitos de sake y cócteles del trago. Hay que verlo. Quizás bebió mucho, aunque no se le notaba, pero acabó pagando nuestras cuentas. Es decir, alemanes y yo de gorra.
Tercer asalto
Shota nos dijo que si nosotros íbamos a la tercera fiesta, él también iba. Y así fue, los pocos que quedábamos, incluido el profesor, a otro restaurante. Algo más de comida y algo más de sake.
A todo esto, aún no eran las 12. Y para la mayoría era bastante tarde. Yo estaba algo cansado y al día siguiente tenía una reunión por la mañana temprano. ¿Con quién? Con mi profesor! jajaja. No sé si él se acordaba o no, pero preferí no recordárselo. Es un hombre muy divertido. De fiesta. Es más, esta vez pagó la cuenta de todos. Esta mañana era otro tipo distinto. Que ha llegado tarde, por cierto. La secretaria me ha dicho que estaba en el médico. ¿Por qué no iba a creérmelo?
El chico de la izquierda empieza ahora a trabajar para Google. Le cambio el sitio al chico que tenía antes a mi lado para hablar conmigo y practicar el inglés. Con uno bueno fue a practicar... Me dijo que fuera el fin de semana que viene al parque de Meguro, que habrá un paisaje espectacular. Tal vez vaya. Cerca de la una llegué a casa, acompañado por los alemanes. Parece buena gente.
No esperaba nada provechoso de la noche. Pero al final me lo pasé más que bien. Conocí a la gente de mi laboratorio. Y obtuve una gran impresión de ellos. Solo me falta ver cómo son trabajando. Que según voy siendo informado, son totalmente distintos.
Un saludo!
Carlos
A las 9 de la mañana quedé con Shota en la estación de Hiyoshi. Un chico de mi laboratorio a quien le habían asignado la tarea de ayudarme en la oficina de la policía, para hacer el registro de extranjero. Y a abrirme una cuenta bancaria. Nos dieron casi las 11 al terminar y le pedí pedí si me podía acompañar a comprar un teléfono móvil japonés. Sin el registro de extranjero no podía comprarlo... Ahora están de vacaciones, pero igualmente s pasan el día en el laboratorio. No salen de ahí. Así que llamo a un compañero para preguntarle si había algún problema si se ausentaba un poco más. Un poco más fue más de una hora.
Como la tienda no abría hasta las 11 fuimos al McDonald's de al lado. La primera vez que voy a un McDonald's en Japón. 100 yenes una McPork. Me extrañó bastante que las hamburguesas fueran diferentes aquí. Más buena. La carne sobresalía del pan. Una salsa dulzona que no estaba nada mal... Me sorprendió para bien. Pero de todas formas, prefiero comer en casa.
Al poco abrió la tienda. Ya tengo móvil nuevo! Como me quedo solo para 4 meses tuve que comprarlo. Sumando las cuotas de apertura de servicio, la tarjeta de memoria y el adaptador de corriente: un pastón. Pero bueno, ya me habían avisado... Los móviles son algo más grandes aquí. También se entiende, porque si puedes ver la televisión, conectarte a Internet y usar el GPS, necesitas una buena pantalla...
Después de todo lo gastado, Shota me dijo que por la noche había una fiesta de bienvenida a los nuevos estudiantes del laboratorio. Me extrañó un poco enterarme esa misma mañana, pero bueno. No le entendí muy bien, porque pensaba que la fiesta costaría unos 3300 yenes y sería en el laboratorio. Mis espectativas de fiesta eran muy, pero que muy pesimistas. ¿Una fiesta en la universidad? ¿Y que empieza a las 7? ¿Qué se puede esperar? Y claro, con el profesor que dirige el laboratorio. Aunque Shota me dijera que al profesor le encantaba beber y que la "fiesta" era barra libre, mis espectativas no mejoraban.
En fin... a las 2 de la tarde tenía la orientación en la universidad. 2 chicos, un francés y yo. Me esperaba un aula llena de nuevos estudiantes, con ese ambiente de tú de donde eres, qué estudias y esas cosas. Pues no, sólo dos y en una sala diminuta con 3 sillones. Acabamos pronto. Solo nos recordaron todo lo que no debíamos hacer. Y que para cobrar la beca, debemos firmar mensualmente. Es decir, que me van a pagar por lo menos un mes menos de lo que pensaba... A no ser que me quede otro mes en Japón. Porque el primero que estuve, no cuenta.
Primer asalto
A las 18:45 llegué a la estación. Unos 20 japoneses, entre ellos el profesor, un par de alemanes de mi residencia y un coreano. Tardé pronto en descubrir que la idea que me había hecho en la mente era completamente errónea. Ya que a las 18:50 comenzamos a andar en dirección opuesta a la universidad. Fuimos a un restaurante japonés. Una sala toda para nosotros. Fue curioso observar como tenían todo más que preparado y organizado.
Para empezar, a todos los extranjeros nos sentaron los primeros (o casi). Pero a una distancia mínima entre nosotros de unos 3 metros. Los huecos se llenaron de japoneses. Nos obligaron a integrarnos! jejeje. Fue bastante divertido. No todos hablan inglés. Y los que lo hacen, con dificultades. Pero muestran bastante interés en comunicarse contigo. Quizás era la misión que tenían anoche... El chico que tenía al lado (no recuerdo su nombre. Demasiados en una noche) me dijo que a las 19:15 debían empezar las presentaciones. Y así fue. Uno a uno, cada uno de los nuevos estudiantes japoneses se ponían de pie, se presentaban, mostraban gratitud por estar con el grupo y decían alguna de sus aficiones o mostraban alguna habilidad. Fue gracioso ver como uno contorsionaba los brazos, para meter la cabeza entre un nudo que había hecho y la volvía a sacar... Luego fue el turno de los extranjeros. No me puse muy nervioso, pero la chica indonesia me dijo que me puse rojo. No sé. Hice mi introducción en japonés. Un mes de clase da para eso. Y la verdad es que lo agradecieron mucho. Como eramos unos 1o nuevos estudiantes, o más. Pasó más de media hora. y como estaba previsto, a las 20:00 empezaba la barra libre. 1 hora. Luego a pagar cada uno 2500 yenes. Por lo que bebimos y comimos no esta nada mal.
De este restaurante no tengo ninguna foto, había bastante gente haciendo y todos de mi laboratorio. Así, que ya las conseguiré.
Segundo asalto
Tras la cena, algunos se fueron para casa. Como la secretaria del profesor, un par de personar mayores de 30 años y alguno más. No fue el caso del profesor.
Fuimos a otro restaurante, donde Steven( uno de los chicos alemanes) y yo, acabamos sentados delante del profesor. Un poco cortados al principio, pero cuando empieza a llenarte el plato de comida y la copa de sake, la vergüenza empieza a disiparse.
La mesa llena de comida y bebida otra vez. De nuevo barra libre. Y al rato algunos empezaron a irse. Un hombre que trabaja para Hitachi y que estaba sentado al lado del profesor pidió a un chico que estaba a mi lado que le cambiara el sitio, para hablar conmigo. No sé si porque no me daba demasiada conversación, o porque de verdad le interesaba la comida típica española. De cualquier modo, muy simpático. En la foto estamos este señor, yo, Shota y Steven.
Poco a poco fue yéndose la gente y Benjamin, el otro alemán, acabó sentado a mi lado. El no es de nuestro laboratorio, pero al final, el profesor le decía que tenía que cambiarse y venir con nosotros. Seguimos con la fiesta con el profe y éste nos invitó a cada uno a una botella de sake. Pero del mejor del restaurante. Este sake no entraba en la barra libre...
Hay que ver lo fácil que entraba el sake... Y hay que ver a tu profesor metiéndose vasitos de sake y cócteles del trago. Hay que verlo. Quizás bebió mucho, aunque no se le notaba, pero acabó pagando nuestras cuentas. Es decir, alemanes y yo de gorra.
Tercer asalto
Shota nos dijo que si nosotros íbamos a la tercera fiesta, él también iba. Y así fue, los pocos que quedábamos, incluido el profesor, a otro restaurante. Algo más de comida y algo más de sake.
A todo esto, aún no eran las 12. Y para la mayoría era bastante tarde. Yo estaba algo cansado y al día siguiente tenía una reunión por la mañana temprano. ¿Con quién? Con mi profesor! jajaja. No sé si él se acordaba o no, pero preferí no recordárselo. Es un hombre muy divertido. De fiesta. Es más, esta vez pagó la cuenta de todos. Esta mañana era otro tipo distinto. Que ha llegado tarde, por cierto. La secretaria me ha dicho que estaba en el médico. ¿Por qué no iba a creérmelo?
El chico de la izquierda empieza ahora a trabajar para Google. Le cambio el sitio al chico que tenía antes a mi lado para hablar conmigo y practicar el inglés. Con uno bueno fue a practicar... Me dijo que fuera el fin de semana que viene al parque de Meguro, que habrá un paisaje espectacular. Tal vez vaya. Cerca de la una llegué a casa, acompañado por los alemanes. Parece buena gente.
No esperaba nada provechoso de la noche. Pero al final me lo pasé más que bien. Conocí a la gente de mi laboratorio. Y obtuve una gran impresión de ellos. Solo me falta ver cómo son trabajando. Que según voy siendo informado, son totalmente distintos.
Un saludo!
Carlos
Se lo montan bien los japoneses... Tres cenas seguidas! Jajaja
ResponderEliminarYa te digo... Y las tres con barra libre. Un no parar. Jejeje
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