A las 10:30 estaba en la estación de Ueno. Mai y Lena han llegado al minuto y nos hemos ido hacia Ameyoko. El nombre de una calle que se llama Ameya Yokocho. Como el mercadillo que se supone debía haber aún no estaba montado, hemos cambiado la ruta hacía es parque. Ya volveríamos.
Después hemos ido un rato a hacer el tonto por el mercadillo de Ameyoko. Ha habido un momento en el que la gente nos empezaba a mirar raro. No sé por qué... Es un lugar donde puedes encontrar de todo lo inimaginable. Paradas de fruta (carísima), de zapatos, de sushi, de bolsos, comida en general. Había hasta llaveros! Nos hemos comprado un trozo de piña que un hombre estaba cortando en su paradita. 100 yenes: buenísima. Probablemente, la mejor piña del mundo...
En medio del mercadillo había un santuario bastante interesante. Hemos coincidido con el transcurso de algún tipo de ritual musical... No vendría mal de vez en cuando uno de estos guías turísticos que a veces explican cosas que ni los oriundos del lugar conocen. He grabado un vídeo, no es ni de lejos espectacular, pero sí algo curioso.
Ya de camino a la academia, justo antes de llegar a la estación, hemos visto un restaurante curioso. En un primer momento, lo que me ha llamado la atención no ha sido otra cosa más que la especie de aparato publicitario que había en la puerta.
La verdad es que ha surgido efecto. Hemos comido ahí. Resultaba ser un restaurante de comida rápida japonesa. Increíble. Una vez sacado el tíquet de la máquina, se lo he dado al chico de la barra. Al grito de "Udón" una chica ha empezado a moverse y en cuestión de 6 segundos, el chico me estaba indicando que el plato estaba listo. No sé si es porque la piña era lo único que había comido esta mañana, pero me ha parecido delicioso. No quiero saber cómo lo han hecho.
Al poco hemos vuelto a la academia mientras dábamos cabezadas en el tren y poco más. Mañana pretendo ir a visitar Akihabara por la mañana y medio día. Por la tarde llegará el momento más esperado!
Un saludo!
Carlos
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