martes, 23 de junio de 2009

Kumamoto

Acabo de llegar del viaje exprés a Kumamoto y aún no he asimilado todo lo que he vivido. Es de estos viajes que mientras vas mirando las fotos de nuevo, vas soltando "Ah, sí!". Porque vas recordando momentos olvidados. Por lo menos olvidados mientras intentas hacer una lista de sucesos de cabeza.

Como hay tantas cosas que contar, creo que lo mejor será hacer un resumen de los días y posteriormente ir explicando algunas cosas más en detalle. Para no cansar y no cansarme...

Comenzaré desde el principio:

A las 11:00 de la mañana del día 18 de junio de 2009 salí de mi habitación con mi mochila a la espalda hacia el aeropuerto de Haneda. Me sorprendió que ninguna sensación de emoción invadía mi cuerpo, pero poco a poco me iba acercando a Kumamoto la ansiedad aumentaba. Tanto que hasta terminé poniéndome nervioso...

El aeropuerto me pareció increíble. Comparado con los que había visto hasta el momento, este destaca por moderno. Fue la sensación que tuve. Escaleras mecánicas saltándose plantas, cruzándose entre ellas y con los ascensores. Cochecitos, que más que cochecitos eran avioncitos. Pero lo que más sorprendió de todo era la perfección de todas las azafatas de ANA (All Nippon Airways), la compañía con la que volaba.

Esto es un soporte para bebés. Ya sé que no es nada espectacular. Es más, seguramente debe de ser de lo más normal. Pero es la primera vez que veo uno en un servicio de caballeros...

El trayecto en autobús entre el aeropuerto de Kumamoto y el centro fue entretenido. Me senté al lado de lo que parecía ser un hombre japonés. Resultó ser americano de familia coreana, llamarse Paul y trabajar para Phillips. Empezó a introducirme en las curiosidades de la ciudad. Como por ejemplo que la comida típica de la zona es la carne de caballo cruda... También me habló de Aso y varías cosas que detestaba de la cultura japonesa, como la extrema organización, que normalmente suele convertirse en algo contraproducente. Palabras de Paul.

Una vez en la estación, muerto de hambre, esperé a Lena con un menú de McDonald's. Dejamos todas las cosas en su piso y nos fuimos a cenar con Holly. Una amiga. Lo que pretendía ser una noche corta acabó convirtiéndose en "El principio del cumpleaños" de Lena.

Al día siguiente, 19 de junio, "El cumpleaños de Lena", hicimos un poco de turismo. Mejor dicho, yo hice turismo, porque era la 3ª vez que ella visitaba el "Castillo de Kumamoto".

Lo que debía de ser una larga noche acabó siendo una noche bastante larga... Y al día siguiente, 20 de junio, habíamos quedado con Holly (otra diferente) para ir a "Amakusa". Donde pasamos la noche en un apartamento con vistas al mar. Fue una experiencia un tanto surrealista.

El tiempo dejó de acompañar, así que decidimos saltarnos la opción de acampar la siguiente noche en la playa. Así que después de tener mi primera experiencia en un onsen, y asistir a un concierto de Hula, decidimos pasar la noche en el piso de Holly el 21, en Kikuchi. Donde tuve el segundo encuentro con un onsen, muchísimo mejor que el primero. Le podría llamar "Onsen en Kikuchi" Para al día siguiente, 22 de junio, visitar "Aso". Un lugar precioso. Lástima que estuviera casi todo el día lloviendo...

La última noche la pasamos en el apartamento de Lena. Ambos necesitábamos algo de tranquilidad. Demasiadas cosas en muy pocos días... Pero algo nos impidió relajarnos en exceso. Cuando todo acabó nos reímos durante mucho tiempo, es más, cada vez que lo recuerdo me río... A esto podríamos llamarlo "La Cucaracha Voladora".

Al día siguiente, hoy, he vuelto a Hiyoshi. Justo a tiempo para encontrarme un piso diferente al que dejé al irme y jugar el partido de los martes. He sudado mucho, pero no es nada en comparación con la isla de Kyushu. Es algo impresionante. Clima tropical, humedad que se puede beber y un calor sofocante. Nunca he sudado tanto haciendo tan poco...

En general esto viene siendo el resumen de lo sucedido. Ya comentaré con más detalle cada una de las partes. Pero antes de terminar me gustaría dar las gracias a Lena (de nuevo), porque como ya le dije, hace 3 meses y algo no nos conocíamos y los últimos días los he pasado con ella, con sus amigos, todos maravillosos. Como un amigo de toda la vida. Una hospitalidad que no se la podré pagar de otra manera que devolviéndole el trato si alguna vez viene a visitarme. Realmente lo poco que conocía de ella era apenas nada, pero lo que intuía era cierto: es una chica increíble. Gracias a ella he pasado unos días que difícilmente olvidaré. O imposibles de olvidar. Me lo he pasado realmente bien.

Es una pena que sea tan extremadamente caro el turismo en Japón... (y en todo el mundo, supongo) Y que Kumamoto esté tan lejos de Hiyoshi. En cualquier otra circunstancia me plantearía hacerle alguna otra visita. A ella y a sus amigos.

Un saludo!

Carlos

2 comentarios:

  1. La verdad es que ANA es una compania muy buena, desde la pagina web donde compras los billetes hasta el trato recibido en el avion. Es el cuidado exquisito a la clientela tan tipico de los japoneses.

    Y quiza por eso salga caro viajar en Japon, porque hay tantas comodidades y todo funciona tan bien que un sistema asi no puede ser barato.

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  2. Hombre... si comparas ANA con tu querida Aeroflot, creo que sale ganando de mucho la japonesa... jejejeje.

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