lunes, 29 de junio de 2009

Onsen en Kikuchi

21 y 22 de junio de 2009

Tras dejar la isla de Amakusa fuimos en dirección a Kikuchi. La ciudad donde vive Holly. Llegamos algo tarde, así que no había mucho tiempo para hacer grandes cosas. Por eso acabamos recurriendo a lo más fácil en Japón: el karaoke.

Holly llamó a una amiga suya, así que fuimos 4 en total. En estos lugares, me refiero a ciudades poco conocidas, da gusto ir a los karaokes, son realmente baratos comparados con los que puedes encontrar en Shibuya, por ejemplo.

La amiga de Holly, que no recuerdo el nombre, y Lena. Y Holly a continuación. En el vídeo no se aprecia muy bien, pero tiene una voz increíble. De hecho, a parte de trabajar dando clases de inglés, canta en un grupo de música japonesa.



Fue entretenido. Es más, yo me lo pasé en grande con las maracas y las panderetas. Y por lo visto, ellas se lo pasaron bien también. La amiga me dio las gracias por ser divertido... jejejeje. Me lo tomé como un cumplido.

Después de pasar parte de la noche jugando con cacahuetes y Holly contándonos historias de Aso, el volcán que íbamos a visitar al día siguiente, a dormir. Que al día siguiente pretendíamos madrugar un poco, para aprovechar.

Éstas son las vistas desde afuera del piso de Holly. Como se observa el cielo no prometía un cielo soleado...

Primera parada, antes de partir hacia Aso, un onsen. Kikuchi es de las ciudades mejor reconocidas por sus onsen. Después de Beppu, que por lo visto es la primera. Así que era una gran oportunidad uno de los de verdad.

El día anterior fuimos a uno en Amakusa. Pero siendo sincero, me decepcionó un poco. Me gustó, porque estaba muy bien. Pero esperaba más. Esa fue mi primera experiencia en un onsen y quizás me deba alegrar, porque de está manera valoré mucho más la calidad del segundo. El de Amakusa no era más que un spa. Un balneario. Con la diferencia que está divido en dos, una parte para hombres y otra para mujeres. Porque todo el mundo va desnudo. Y este en concreto tenía una pequeña terraza con una pequeña piscina de piedra, estilo japonés y con vistas al mar.

Otra diferencia con los balnearios en el mundo occidental es la intención. De igual modo en ambos modelos la idea es relajarse y encontrar un momento de calma. Pero aquí, además, es la de lavarse. Quizás me equivoco, porque no es que haya frecuentado muchos en España, pero al salir de ellos acabas duchándote en las duchas de los vestuarios si no quieres salir con la piel pegajosa o clorosa. Aquí, en cambio, entras sucio (si quieres, está posibilidad de entrar limpio), te quitas la ropa y entras. Te das un baño al estilo japonés y después estás listo para entrar en las piscinas que haya.

El agua está muy caliente. Pero puede ser debido a dos causas. Una, igual que ocurría en el onsen del día anterior, es debido a que se calienta artificialmente. Dos, como en el segundo, se calienta de manera natural. Sale a la superficie a unos 40 grados. Y una de las maneras para descubrir a que tipo corresponde es bañándose y notar como el segundo tipo te deja una sensación de suavidad en la piel increíble. Como si te hubieras puesto crema.

Holly nos llevó a su onsen favorito. Uno muy pequeñito. Como era lunes por la mañana no había absolutamente nadie. Por lo menos en la zona masculina. Así que pude tomar algunas fotos.

Era realmente pequeño, pero valía la pena. Empezó a llover, estando a la orilla de un río, escuchando el ruido del agua bajar y cocinándome dentro de un agua muy, pero que muy caliente, era simplemente alucinante. Me era imposible estar más de 5 minutos dentro del agua, así que me tumbé en una piedra (la que hay en medio de la piscina de hace dos fotos), con los pies en el agua... creo que la relajación fue tan extrema que me dormí por momentos.

La alegría con la que salí de ese lugar no se puede explicar con palabras. Era una persona nueva... Ya podíamos ir a visitar Aso.

Por cierto, me informé acerca de los onsen mixtos. Y si que existen. Sé que hay gente interesada... Mixto puede significar dos cosas. La primera es privado, como el de la foto anterior. Esta pensado para las familias que no quieren separarse en dos grupos. No hay muchos de este estilo. Justo al que no llevó Holly es uno de los pocos que ofrecen esta posibilidad. La segunda es lo entendido comúnmente por mixto. Un espacio común donde gente aleatoria coincide. Hay, pero en muy raras ocasiones. Y según me contaron las chicas, la zona mixta está llena de hombres mayores esperando ver alguna tetita que otra, así que normalmente las mujeres no suelen entrar en estos espacios. Con lo cual, en la mayoría de ocasiones, los onsen mixtos son onsen normales, pero con dos áreas para hombres...

Un saludo!

Carlos

3 comentarios:

  1. Los onsen son totalmente reparadores. Sales limpio por fuera y por dentro. No sé si sabes que a 3 minutos andando de aquí tenemos uno.

    ResponderEliminar
  2. Sí... algo me han dicho. Pero creo que no vale mucho la pena.

    ResponderEliminar
  3. Está bien para cuando tienes un rato por la tarde/noche y no sabes qué hacer porque, por ejemplo, está lloviendo. Yo llevé a mis amigos y se quedaron encantados. Además, la entrada cuesta sólo 450¥ (pero tienes que llevarte jabón, toalla y todo).

    ResponderEliminar