19 de junio de 2009
El día comenzó demasiado pronto para lo tarde que nos acostamos. Lena falto a la primera clase. Intentó llegar a la segunda, pero al darse cuenta de que la bicicleta la tenía en el centro, cerca de donde me había ido a buscar al día anterior, se saltó también la segunda.
Así que me ayudó a cocinar paella. Tengo que reconocer que voy mejorando... No es nada fácil cocinar una paella en condiciones con arroz japonés e integral. Después de la comida y perder un poco de tiempo, nos fuimos hacia el centro. Tocaba hacer un poco de turismo. Aunque antes, convencí a Lena para que no celebrase su cumpleaños de negro. Es una tontería, pero me apetecía que llevase algo más colorido. Así que nos fuimos a hacer unas compras.
Y más tarde a visitar el castillo de Kumamoto. Del castillo no hay demasiado que contar. Empezamos la ruta entrando a la parte que se ve en la foto anterior. Según me contó Lena, es la parte no remodelada.
Como en la mayoría de lugares que puedes visitar en Japón, las dependencias se mantienen sin ningún tipo de decoración. Y si la tiene, se le llama museo, porque está lleno de vitrinas con recuerdos, objetos y libros de la época.
Desde arriba tomé esta fotografía del edificio principal, donde entramos más tarde. Por lo visto es, si no el segundo, el tercer castillo más grande de Japón.
El edificio principal estaba lleno de paneles con miles de tablillas como estas. Me gustó. Son los nombres de todas las personas que han colaborado de manera significativa en la reconstrucción del castillo, junto a la procedencia de dicha persona.
Las vistas desde arriba eran muy diferentes según hacia donde miraras. Por un lado están los jardines exteriores y las montañas al fondo y por el otro está la ciudad de Kumamoto.
Nos hicimos una foto con la mascota del castillo: el pequeño castillo. Original...
Cuando nos dispusimos a entrar en el tercer edificio fue demasiado tarde. Ya estaba cerrado. Pero nosotros seguimos un rato más por allí. Sorprendidos porque no había absolutamente nadie en la zona. Únicamente había una música de fondo con un mensaje en japonés repetido una y otra vez.
Lena fue a cambiarse mientras yo esperaba sentado. Entonces fue cuando prestó atención al mensaje de megafonía y descubrió que el castillo estaba cerrado... Nos fuimos, evidentemente.
Hicimos algo de tiempo en los jardines exteriores del castillo hasta que llegó la hora de la cena. Debíamos estar cerca del restaurante a las 7 de la tarde.
La entrada al castillo son 500 yenes, lo que está bastante bien para lo que ofrece el lugar. Me gustó. Igual que los jardines. El día invitaba a estar de buen humor y a que todo pareciera más bonito.
Un saludo!
Carlos
Felicidades Carlos¡¡¡¡
ResponderEliminarSaludos de sde Tabasco Mex...
Tu blog esta muy bueno¡¡¡
☻
Sigue adelante:)
Te espero por mi blog:
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