Es increíble el cambio que he notado desde que me llevo música al laboratorio. Los días son mucho más llevaderos e incluso, más productivos. Consigo mantenerme despierto. A diferencia de Steven, que se mete unas sobredosis de cafeína a base de café frío, a mí no me gusta el café. Y no es plan darle al RedBull u otras bebidas energéticas de buena mañana. Que por cierto, en Japón, hay mil clases distintas.
Supongo que debe ayudar también el hecho que cada vez me lo paso mejor con los compañeros. Esta mañana a las 9 estaba en la universidad, para asistir a la ronda de presentaciones. 3 horas... Para empezar algo que no se va a terminar, a comer una hora antes de lo habitual, a las 12. Que no es una hora extraña para ellos. Pero claro, empezar pronto significa acabar pronto de comer. Así que dos horitas en el campo de baseball. Para desestresarnos un poquito.
Después de un poco de deporte tocaba hacer algo productivo. Cascos en las orejas y a empezar! Primero, el correo. Segundo, diarios deportivos. Tercero, empezar a dibujar algo que ya empezaba a tener relación con mi proyecto. Mientras tanto, con la música en mi cabeza, mi cuerpo se va moviendo al ritmo. No me levanto y me pongo a bailar. Todavía no. Pero a veces me doy cuenta de no estoy en mi cuarto, quizás, demasiado tarde. Hoy me he dado cuenta que en una de las veces que entraba el profesor en el laboratorio se me ha quedado mirando. Con cara de sorpresa, pero con una media sonrisa. Como diciendo: mira qué bien se lo pasa este. Supongo que lo habrá pensado en japonés...
Demasiadas entradas en el blog sin poner una de mis canciones favoritas. Tal vez, la que más. No sé por qué, pero es de esas canciones que cuando suena paro de hacer lo que esté haciendo. O bajo la intensidad lo suficiente, para prestar atención. Aun no me canso de escucharla.
Lo que me queda de semana por delante es agotador. Mañana es fiesta, el viernes no tengo clase, porque tenemos torneo de softball, el sábado quizás me acerque a Yokohama y el domingo tenemos una "fiesta" en la residencia. Tengo que ir. La organiza Job... y ya he pagado.
Un saludo!
Carlos
Supongo que debe ayudar también el hecho que cada vez me lo paso mejor con los compañeros. Esta mañana a las 9 estaba en la universidad, para asistir a la ronda de presentaciones. 3 horas... Para empezar algo que no se va a terminar, a comer una hora antes de lo habitual, a las 12. Que no es una hora extraña para ellos. Pero claro, empezar pronto significa acabar pronto de comer. Así que dos horitas en el campo de baseball. Para desestresarnos un poquito.
Después de un poco de deporte tocaba hacer algo productivo. Cascos en las orejas y a empezar! Primero, el correo. Segundo, diarios deportivos. Tercero, empezar a dibujar algo que ya empezaba a tener relación con mi proyecto. Mientras tanto, con la música en mi cabeza, mi cuerpo se va moviendo al ritmo. No me levanto y me pongo a bailar. Todavía no. Pero a veces me doy cuenta de no estoy en mi cuarto, quizás, demasiado tarde. Hoy me he dado cuenta que en una de las veces que entraba el profesor en el laboratorio se me ha quedado mirando. Con cara de sorpresa, pero con una media sonrisa. Como diciendo: mira qué bien se lo pasa este. Supongo que lo habrá pensado en japonés...
Demasiadas entradas en el blog sin poner una de mis canciones favoritas. Tal vez, la que más. No sé por qué, pero es de esas canciones que cuando suena paro de hacer lo que esté haciendo. O bajo la intensidad lo suficiente, para prestar atención. Aun no me canso de escucharla.
Lo que me queda de semana por delante es agotador. Mañana es fiesta, el viernes no tengo clase, porque tenemos torneo de softball, el sábado quizás me acerque a Yokohama y el domingo tenemos una "fiesta" en la residencia. Tengo que ir. La organiza Job... y ya he pagado.
Un saludo!
Carlos
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