domingo, 26 de abril de 2009

Karaoke 2


Después de un día entero lloviendo no tenía ningunas ganas de ir a un karaoke. No tenía ganas de nada. La lluvia me había cambiado el ánimo. Pero como dije que iría, fui. Tras todas las bajas éramos 3. Job, Luis y yo. Vaya fiestón nos íbamos a pegar... Al final resultó que Eric, un americano que habla español, nos estaba esperando en la estación con una amiga coreana. Ya éramos 5. Suficientes para ir a un karaoke. Estuvimos dando vueltas un rato hasta encontrar uno. Al final al de la foto. Creo que estaba bastante bien de precio, con bebida incluida (no alcohólica). Íbamos a pedir 3 horas que salía aún mejor de precio, pero a Eric eso de salir a las 2 le pareció un poco tarde, así que solo 2.

Para que no me digáis que soy un alcohólico, no contaré que como Job y yo no estábamos dispuestos a pagar 1000 yenes por cada bebida nos fuimos a un combini a por una botella de whisky...

Aunque la situación en la tienda fue bastante graciosa. Como no está permitido entrar alcohol de fuera (creemos que no se puede...), empezamos a pensar donde la podríamos guardar para meterla en el karaoke. Y no se nos ocurrió ninguna idea mejor que probar dentro del combini a ver si nos cabía en los bolsillos interiores de la chaqueta... La cara de un japonés que estaba comprando me hizo ver lo que realmente parecía que estábamos haciendo. Le pregunté a Job que qué era lo que estábamos haciendo y entre risas la pagamos, salimos y probamos fuera donde la podríamos guardar.

¿Por qué lleva Job mi paraguas y el suyo? Porqué le daba miedo marcar demasiado...

La experiencia no estuvo nada mal, pero claro, no puedo evitar compararla con la otra vez que pisé un karaoke. Quizás la otra vez no esperaba mucho y esta esperaba más. Los puntos a remarcar fueron que sonaron bastantes canciones en japonés. Job, Eric y su amiga (que no recuerdo el nombre) hablan japonés. Aquí una pequeña muestra.



Por los vídeos parece un muermo de fiesta. Pero no fue así... Me reí bastante con la chica coreana. Se sentó entre los dos españoles, Luis y yo. Y si a eso le añadimos las ganas de aprender castellano por parte de ella, se obtiene una mezcla divertida. Era curioso porque no hacía más que preguntarnos como se decían cosas como "te quiero", "molas" y "me gustas". Además del típico "hola" y "tengo hambre". Supongo que es lo primero que intenta aprender la gente de los nuevos idiomas... Total, que se pasó diciendo toda la noche que nos quería y que morábamos (no sabía pronunciar las eles). Para practicar. Luego se apuntó en el móvil todas las frases...


Más tarde llegaron Ali, a la que le tira Job, y Nicolette Lee, la amiga de Ali. Ambas americanas.

Entonces fue cuando Job hizo su canto de cortejo...



Se acabó el tiempo y a la calle. Estuvimos rato hablando hasta que se marcharon Luis, Eric y su amiga coreana. Así que nos quedamos 4. Ali me pidió disculpas por acabarse de beber nuestra botella. Creo que entre su amiga y ella se bebieron más de un cuarto... Les dije que daba igual, que comprar otra y en paces. No eran ni las 2. O sí, pero no me acuerdo. Sé que miré el reloj cuando me preguntaron qué quería hacer y me pareció pronto. Les dije que me daba igual. Realmente me daba igual. Había parado de llover, no me importaba ir a tomar algo.

Por darme igual acabamos en la residencia de las americanas, a unos 20 minutos andando de la nuestra, bebiendo una especie de sake de Okinawa (lo más barato que encontraron), mezclado con zumo de naranja y sin hielo. De las cosas más malas que he bebido nunca. No bebí casi. Nos pasamos casi todo el rato viendo vídeos de YouTube. Vamos, un fiestón. No es que me aburriese demasiado, porque era divertido ver a Job bailando jumpstyle, que por lo visto es un baile holandés. Cuando digo bailando, quiero decir intentándolo. Lo suyo no es la coordinación.



Cerca de las 5 nos fuimos. La primera vez que llego de día a la residencia... Le dije a Job que me podía ir solito al piso. Después de acabar la noche con Ali cogiditos de la mano y con miraditas por aquí y por allá, hubiera entendido que se quedara. Pero que nada. No sé que necesita este chaval... De camino a la residencia me empezó a hablar de la amiga. Que qué me parecía. Ya sabía por donde iba. Necesita alguien que le quite de en medio a la otra. Pero se confunde... Tendrá que buscar a otro. Por mucho que me diga que él la ve guapa... Lo siento mucho, pero no.

Hoy tenemos fiesta organizada por Job en la residencia. Nos vamos a poner a cocinar todos juntitos. Puede estar bien...

Un saludo!

Carlos

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