sábado, 2 de mayo de 2009

Con Waan en Shibuya

Quedé con Waan a las 12 en la salida de Hachiko de la estación de Shibuya. Hachiko es el nombre del perro de una bonita historia de fidelidad japonesa. Se convirtió en leyenda tan rápido que hasta le construyeron una estatua en su honor cuando murió. Actualmente es uno de los puntos de encuentro más famosos de Tokyo. Y quizás del mundo. Era increíble ver la cantidad de gente que había alrededor (unos 20 metros a la redonda) con el teléfono móvil con la cara de estar buscando a alguien. Igual que yo. Como era de esperar Waan llegaba tarde. No me ha sorprendido. Solía llegar tarde a las clases de japonés. Esta vez sólo 15 minutos tarde. Pues en ese tiempo habré presenciado como unos 15 encuentros.

Mientras esperaba ha comenzado a tocar un grupo de 2. La verdad es que no sé si me alegro por ello. Quizás era por culpa de la calidad del sonido que no acompañaba demasiado.



La idea de hoy era ir a Midori a comer sushi. Es un lugar del que me habló Waan hace tiempo. Me ha dicho que había 1 hora de cola. No nos valía la pena. Hay muchísimos restaurantes en japón, pero los que por algún motivo están bien considerados, que por una razón u otra son muchos, cada día de fiesta hay como mínimo 1 hora de espera. También es cierto que hay mucha gente en Tokyo... Tras andar un rato hemos acabado en un tailandés, que ya tenía ella ganas hace tiempo de llevarme a que probara comida de su país.

No estaba nada mal. El problema es que todo es demasiado picante. Me he pedido lo que menos guindas tenía en el dibujo de la carta, pero nada. No he podido acabármelo todo. Aunque, repito, estaba bueno. Hemos estado hablando de muchas cosas, hacía un mes que no nos veíamos. Por lo visto en medio de un convenio de trabajo en una empresa de diseño, pero justo este mes se le acaba el visado. Está en trámites, pero por lo que me cuenta, es muy posible que tenga que volver a Tailandia a esperar. Por otro lado, está buscando representante japonés para presentar su línea de ropa por aquí.

He tenido un problema un poco absurdo en el lavabo del restaurante. Después de hacer lo que tuviera que hacer me he dispuesto a tirar de la cadena. No encontraba el interruptor. Me he sentido tonto, pero es que he estado a punto de salir sin tirar. Dejando el regalo empapelado... Pero es que no hay quien entienda ese tipo de lavabos. En principio parece normal. Con los botoncitos a la derecha, como otros que ya había experimentado. Pero con un mando a distancia a la izquierda. Suponía para que servían, pero no encontraba el botón adecuado. Así que me he puesto a presionar todos los botones intentando encontrarlo. Al final casi aporreándolos. Por fin, me ha dado por buscar detrás. Que no había nada. Pero escondido en el rincón, entre la cisterna y nada había una pegatina azul con una "P" amarilla. Era lo único que me faltaba por probar... Eso era. Ya me estaban entrando los calores.

Después de la hora de comer tocaban las compras. Yo quería comprarme unas botas para jugar a fútbol, o como dicen en japón: sakka (soccer). Tenía un mapa de Shibuya que me preparó Shiba, de mi laboratorio, donde estaban indicados todos los sitios donde podía comprar calzado e incienso. Al final no ha sido tan sencillo como parecía. En todas las zapaterías podías encontrar miles de diseños diferentes. Pero solo para ir super-fashion por la calle. Nada deportivo específico. Pero hemos tenido suerte. Bueno, he tenido suerte. Resulta que cerca de donde estábamos hay una tienda de unas 5 plantas dedicada al fútbol. De todo. Los principales equipos del mundo. Bueno, de Europa. Y japoneses. La primera camiseta que he visto era la de Deco, la segunda la de Torres y la tercera la de Bojan. Me ha hecho gracia. Pero sobretodo, me ha sorprendido que están mejor de precio que en España.

En la planta baja, al fondo, detrás de de la caja estaba la foto de la selección española. Al lado de una pantalla donde continuamente están dando partidos. Cuando hemos estado era el Manchester-Arsenal. Hasta las botas estaban bastante bien de precio. Las que estaban de oferta, porque las que no salían por casi 200€. Me he contenido y sólo he comprado lo que necesitaba: botas, un bendaje para el tobillo y unas medias.

Notaba que a Waan el fútbol le daba un poco igual, así que me he intentado dar prisa. Nos hemos ido a Tokyo Hands. Haciendo una pequeña parada en una crepería. ¿Cómo estaba el crepe relleno de helado de chocolate y cookies, con nata y fresas que nos hemos comido? La cara de Waan lo dice todo...

En cuanto a Tokyo Hands: un centro comercial donde hay absolutamente de todo. Desde bolis, hasta telas para perder papada, pasando por colchones. Con gente probándolos. Es donde hemos comprado incienso. Ahora ya me puede dar igual que a mi compañero de piso se le olvide conectar el extractor de humos.

No hemos hecho casi nada e incluso nos hemos planteado acercarnos a Harajuku a comprar algo más, pero estábamos cansados. Hemos vuelto a la estación y para casa. Lena me había llamado para decirme que prefería pasar el día con su familia. Perfectamente comprensible. Mañana voy a Ueno, cerca de donde está ingresado su abuelo, a comer con ella.

De nuevo en Hiyoshi me he puesto a buscar una tiemda para comprar algo que sirviera para mejorar mi tobillo. Al final he comprado un gel. No sé qué es exactamente, pero después de haberle hecho con mímica una reproducción de los hechos de cuando me torcí el tobillo, es lo que me ha dado. Creo que puede servir. Por lo menos huele a menta...

Llegando al piso me he puesto en contacto con Yusuke, un chico fanático del fútbol. Esta noche iremos a ver el partido juntos. No en su casa como esperaba, porque por lo visto sólo puede ver partidos de Champions, así que iremos a Ebisu. Cerca de Shibuya.

Buscando por Internet donde podríamos ir a ver el partido me he encontrado con un pub en Ebisu donde pondrán en partido en directo. Lo más curioso es a la hora que dan el partido. Yo pensaba que era a las 3:00am, hora japonesa. Pues resulta que no. Jajajaja. Para ver la imagen a tamaño real hay que clickar sobre ella.

Está a una media hora de aquí en tren. Y como a la 1 ya no hay trenes, tendremos que ir antes. Hemos quedado a las 12. Pero como había quedado con Lena para comer mañana me había propuesto echar una siestecita de recuperación. La peor siesta de mi vida. Un sueño angustioso donde los haya. Muy difícil de explicar de palabras. Me despertaba varias veces dentro de él, y cada vez parecía más real. Confuso. Soñaba que me dormía y me despertaba a la mañana siguiente. Pero muy extraño. Como unas 4 ó 5 veces. Todas de manera distinta. Es la razón por la que me he puesto a escribir...

Un saludo!

Carlos

1 comentario:

  1. Vaya, ojalá hubieras descrito en detalle la parte alucinógena de tu día

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