martes, 24 de marzo de 2009

Oshiri Kajiri Mushi

Poco que decir del día de hoy. Excepto que hemos tenido una reunión de orientación de las normas de la residencia. O mejor dicho, todo lo que no se puede hacer. Lo más sorprendente es lo restrictivos que son las visitas. Sólo permitidas durante el día y hasta las 22:00. Avisando siempre con una semana de antelación. Y si alguien quisiera quedarse a dormir en mi habitación algún día, podría hacerlo. Siempre y cuando sea un familiar y del mismo sexo. Así que nada de madres, ni hermanas. La verdad es que no entiendo muy bien la finalidad de este tipo de restricciones. He estado hablando de esto con Job y hemos llegado a la conclusión que ellos buscan un nivel de disciplina, deben de suponer que la gente se salta las normas hasta cierto punto y entonces, exigen un nivel mayor del que buscan. No sé si me explico... El caso es que nos parece exagerado. Lo mismo piensa Sam, un chico americano que hemos conocido en la orientación y que se ha venido a cenar al piso con nosotros.

Nos han exigido hacer un reciclaje exhaustivo. No lo veo mal. Pero con el mini-piso que tenemos, ¿de verdad piensan que se puede hacer una separación de 8 tipos de deshechos?

Durante la cena la lavadora estaba en marcha. Todo parecía ir bien. ¿Quién iba a pensar que quizás, al centrifugar, podría caerse la caja de polvos de la lavadora en el lavamanos...? Al final, con unas pequeñas tareas de fontanería he conseguido desatascar el tapón de polvos. Creo que nunca he tenido las manos tan limpias. Parecía una fiesta de la espuma.

Después de irse Sam, Job me ha enseñado un vídeo de YouTube. Por lo visto es muy famoso en Japón. La tradución, si no me equivoco, sería algo así como: el insecto muerde culos. Lo de muerde no lo tengo claro, pero lo de que culo e insecto está en el título, no hay duda. En el vídeo se explican los pasos del baile. Quien se atreva, que lo intente. Aconsejo encender los altavoces, porque vale la pena.



Creo que es por este tipo de cosas que, a veces, los japoneses no andan muy bien...

Un saludo!

Carlos

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