Después de que me invitase a cenar en Ikebukuro, nos fuimos a Ginza.
El local abre de 8 a 12 de la noche, aunque los sábados ofrecen clases de salsa hasta las 8:30. Con lo que asistí a mi primera lección de salsa (no participé).
Volví a comprobar que los japoneses, cuando toman algo por hobby, lo toman en serio. Entrenan, entrenan y entrenan. Aunque su principal problema es la falta de ritmo, lo contrarrestan de sobras con práctica, práctica y más práctica. Todos, bailaban mejor que yo. También es que yo nunca he recibido clases. Pero me sorprendió lo bien que bailaban todos. Y en concreto Antonio (japonés), que decía algunas palabras en castellano, curiosamente.
El club era más grande, mucho más grande que "las Risas", el local de Masa. Pero es Roppongi. La gente no era la misma. Iba bastante más a la suya. Lo que tampoco vi mal, mucha gente iba con la intención de bailar, sin interesarse lo más mínimo con quien baila, y otra mucha gente iba con la intención de rozarse un poco. Sobretodo hombres. Noté demasiada chulería en algunas personas. Ciertamente había gente que bailaba muy bien, pero un poco de modestia nunca está de más.
No me percaté en "las Risas" que me estaba yendo con dos casi parejas. Con lo que la mayor parte de la noche la pasé solo. No completamente solo, porque en el momento que aparecía alguna chica por mis alrededores me ponía a bailar con ella. Pero no era realmente lo que esperaba. Pero comprendo que fuesen un poco más a su rollo. Y tampoco es que me ignorasen.
Al piso llegué con el primer tren de la mañana. Ya llevaba unos días un poco mal de la garganta, sobretodo el último día, y trasnochar no ayudó demasiado...
Un saludo!
Carlos
Un poco de modestia, justamente, es lo único que suelo pedir.
ResponderEliminarPero no, a poco que vislumbran el trono, creen tener el poder.
La próxima vez no se te dejará solo, no vaya a ser que te resfríes.
Pues perfecto! Tengo pensado volver a visitar a Masa. No me importa volver a ir solo, pero algo de companía nunca va mal...
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