
Pasé unas 4 horas bastante incómodas con el dolor de garganta. Así que me levanté para decir a Dan que no iría. Además, estaba lloviendo. Pero le dije que iría a verlos un rato, aunque no jugase, tenía muchas ganas de ver el lugar.
Mientras estaba cocinando recibí un mensaje de Zach. Que les faltaba 1 jugador y que si no estaba muy mal, que fuera. Era lo único que necesitaba para ir. Me apresuré a terminar la comida y lo hice. Pero justo recibí otro mensaje. Tenía que llegar a Shibuya a las 14:15. Comprobé en Internet cuando debía coger el próximo tren y era en 10 minutos. Dejé el ramen recién cocinado en mi nevera, cogí todos los trastos para jugar y dejé el paraguas, para correr hasta la estación. A pesar de la que estaba cayendo. La gente me miraba extrañada... Pero al final llegué justo a tiempo al tren.
Jugar a fútbol era casi imposible. Empezó a llover a cántaros, el balón era incontrolable y la superficie rapidísima. Al final estábamos jugando en una piscina. Y eso no podía ser nada bueno para mi constipado...
Quedamos segundos de grupo, a un punto de los que nos ganaron al principio. Así que nos enfrentamos contra los segundos del otro grupo. No entiendo muy bien esta falta de competitividad, donde no hay eliminatorias, no se sabe quien queda primero o segundo. Lo que importaba era que todos jugásemos 4 partidos. Así que, realmente, no importa si ganas o pierdes, vas a jugar lo mismo. En fin, empatamos a 2, aunque debo reconocer que ellos jugaron algo mejor que nosotros. Así que tocaban los pentaltis. Muerte súbita desde el primero. Yo metí el primero, Nick el segundo y Yuichiro, nuestro portero, paró el segundo de ellos. Ganamos e hicimos nuestra celebración especial para la ocasión. Nos fuimos todos a la portería y nos pusimos a correr hacia el centro del campo, donde nos tiramos al suelo a modo de pingüino, en plancha. Fuimos la sensación del momento... jejejeje.
A esas horas yo me moría de hambre. Así que me convencieron rápido para ir a un tabehodai. Un lugar donde pagas un precio fijo y comes todo lo que quieras en durante un tiempo acordado. En este caso era un restaurante bastante conocido entre las chicas, donde por 1500 yenes puedes hartarte de pasta y pasteles. Lo único que hay en este restaurante.
Entre pasta y pasteles no hay mucho donde escoger, así que me he puesto a crear nuevos sabores de la mezcla de diferentes espaguetis y diferentes pasteles. No soy muy pastelero, pero me moría de hambre. Así que poco importaban los sabores. Y menos aún con la poca calidad de la comida. Los pasteles no estaban mal, pero la pasta...
El local se llama "Sweet Paradise" (Paraíso Dulce) y tiene una decoración la mar de empalagosa. Con tonos pasteles (jeje..), rosas y naranjas. Y la verdad es que éramos de los pocos chicos del establecimiento. Y aunque la calidad no era muy buena, satisficimos nuestras ansias de comida.
Un saludo!
Carlos
Interesante, yo sí que te voy a enviar detalles
ResponderEliminarJa
ResponderEliminarja
Ya sé de qué detalles me hablas... jajajaja
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